Como nos lo dicen nuestros cinco sentidos, el Universo en que vivimos en el presente tiene
forma y color. Pero cuál es la naturaleza real de este Universo?
Todo lo que tiene forma debe haber tenido un principio. Por ejemplo, se dice que el Sol está
ardiendo, pero este incendio debe haber comenzado alguna vez. También debe haber existido
algo, antes de comenzar este incendio. Si continuamos escarbando en el origen de todas las
cosas, llegaremos a un punto donde nada existía anteriormente. Por otra parte, la nada no
puede dar origen a algo. El sistema filosófico Zen utiliza una palabra Mu que significa la
nada, pero no una nada absoluta; esto es, el Mu Zen describe un estado en el cual, aunque
nada existe, hay todavía algo.
En el Oriente aplicamos la palabra Ki al estado que es además la naturaleza real del Universo.
Si seguimos esta proposición más allá llegaremos al punto en el cual el Sol, las estrellas, la
Tierra, la humanidad, animales, plantas, agua, aire, todos ellos son una sola cosa.
Del Ki, la sustancia real del Universo, nacieron el movimiento y la calma uniéndose y
separándose, tensionándose y aflojándose, así como muchas otras acciones mutuas que dieron
su forma actual al Universo. El Ki no tiene eficiencia ni valor absoluto, no disminuye ni
aumenta. Somos uno con el Universo y nuestras vidas son parte de la vida del Universo.
Desde antes del principio del Universo y aun ahora, su valor absoluto sobrevive como un
hecho sólido dentro del cual el nacimiento, crecimiento y disolución final siguen teniendo
lugar.
La iglesia Cristiana llama a la esencia universal Dios y a su acción la Divina Providencia. En
otras palabras, Dios existe en este mundo y la Divina Providencia es un proceso que no tiene
fin.
En el Aikido, hacemos una distinción entre el Ki que utilizamos todos los días y el Ki universal, la
real esencia del Universo y consideramos al funcionamiento del Universo con todas sus leyes.
Nuestras propias vidas fueron creadas de Ki, al cual deben retornar algún día. Vistas con los ojos del
cuerpo, nuestras vidas parecen desaparecer a nuestra muerte, pero desde el punto de vista del
espíritu, nada desaparece del todo hemos existido antes y continuaremos existiendo en el más allá.
Mirando algo con los ojos del espíritu significa contemplar dicho objeto desde el punto de vista de
su verdadera esencia. Desde el punto de vista de la verdadera esencia del Universo, todos nosotros,
nuestro mundo, toda la humanidad, provienen de una misma matriz, junto con los árboles, el pasto,
las nubes y las nieblas. Puede entonces hallarse una razón valedera para la lucha o el odio?.
Sólo comprensión del espíritu de amor llegará usted a la y protección a todas las cosas y la
prohibición de luchar del Aikido, si usted analiza el asunto desde el punto de vista de la esencia
básica del Universo. Nuestras vidas son como la cantidad de agua que podemos sacar del Océano
con nuestras propias manos y mantenerla allí. A esto llamamos el “Yo”. Sí, es lo mismo que llamar a
esta agua, nuestra agua, porque la sostenemos en nuestras manos. Por otra parte, desde el punto de
vista del agua, continúa perteneciendo al mar. Aunque si separamos nuestras manos el agua caerá de
nuevo, aun cuando todavía se halla en nuestras manos está en conjunción con el mar. Si no
permitimos a esta agua reunirse con el resto, se hará pútrida.
Nuestras vidas son parte del Ki universal incluido en nuestros cuerpos. Aunque decimos que éste es
el “Yo”, visto con los ojos del espíritu es de hecho el Ki del Universo. Aunque esté Ki se encuentra
incrustado en la carne del individuo se halla en conjunción y es tan activo como el resto del Ki
Universal. Es de esta misma manera que al respirar, respiramos introduciendo el Ki del Universo en
nuestro organismo. Cuando la conjunción de nuestro Ki con el del Universo está intacta, estamos
saludables y vigorosos. Cuando el flujo se debilita nos volvemos indiferentes y cuando se detiene,
morimos.
En el Aikido practicamos siempre el volcar Ki al exterior, porque cuando lo hacemos así, el Ki del
Universo puede penetrar en nuestro cuerpo y mejorar la conjunción entre ambos Ki. Si detenemos el
flujo de Ki no puede entrar en nosotros nuevo Ki y el flujo se hace pobre.
Por esta razón, las prácticas del Aikido en las cuales se sobre valora el envío de Ki al exterior no
sólo son un progreso en dichas técnicas sino también que facilitan la conjunción de nuestro Ki con el
del Universo. Este es un método extremadamente saludable de utilizar al máximo nuestros poderes
vitales.
Durante siglos los japoneses han hablado de la muerte como de volver al hogar, pero sólo con firmes
convicciones es posible asumir tal actitud. Somos uno con el Ki del Universo y morir es sólo
retornar al Ki del Universo. Debemos utilizar todas nuestras fuerzas cuando nos hallamos con vida
como después de muertos. Esta fe indestructible es esencial para el éxito. “…
Extracto del libro “Aikido Estudio Completo” del maestro Koichi Tohei